
Mérida, la capital de Yucatán, se ha convertido en uno de los destinos más interesantes del sur de México, y no es para menos. Esta ciudad ofrece una mezcla muy rica entre historia, cultura viva, arquitectura colonial, gastronomía única y una sensación de seguridad que cada vez parece más difícil de encontrar en México. Caminar por sus calles es sumergirse en un ritmo diferente, donde el pasado y el presente conviven con armonía. Desde el primer momento en que llegas, te das cuenta de que estas en un lugar diferente, cercano, donde las personas te saludan con una sonrisa sincera y están dispuestas a ayudarte sin esperar nada a cambio.
Mérida es conocida por ser una de las ciudades más seguras de todo México, y eso se nota. Sorprende poder caminar por el centro histórico o por el Paseo de Montejo incluso cuando ya oscurece. No se trata solo de estadísticas, sino de un ambiente general en el que te sientes cuidado y bienvenido. Esta sensación transforma por completo la experiencia de viaje.
Qué ver y hacer en Mérida, lo que no te debes perder
Mérida no solo es punto de partida para explorar ruinas, cenotes y playas. Por sí sola, la ciudad tiene muchísimo que ofrecer. Mérida fue una ciudad muy rica en su pasado y con una gran historia, por lo que hay muchos lugares de los que disfrutar sin salir de la ciudad:
Paseo de Montejo
Este icónico bulevar es una parada obligada. Es una avenida amplia y arbolada, llena de historia y arquitectura señorial. Aquí se encuentran muchas de las casonas que fueron construidas durante el auge del henequén, cuando Mérida era una de las ciudades más ricas del país. Es un lugar para disfrutar sin prisas, disfrutando del ambiente e imaginando la historia que hay detrás de cada casona. Es ideal para tomarte un helado artesanal, visitar el Museo Regional de Antropología en el Palacio Cantón o simplemente sentarte a ver la vida pasar.
Plaza Grande y centro histórico
La Plaza Grande es el corazón de la ciudad. Alrededor se encuentran algunos de los edificios más importantes como la Catedral de San Ildefonso, el Palacio de Gobierno, la Casa de los Montejo y el Museo Casa de la Cultura. Esta zona es perfecta para perderse sin rumbo, entrar a alguna iglesia, descubrir una galería de arte o simplemente sentarte a observar el movimiento local. Me impresionó mucho la catedral, una de las más antiguas de América, por su arquitectura austera y su peso histórico.
Por el día la plaza está animada, pero es por la noche cuando verdaderamente se llena de vida. Grupos practicando bailes tradicionales, niños jugando, puestos que venden comida y bebida. Para impregnarte del espíritu de Mérida, te aconsejo que compres una marquesita allí mismo y te sientes a disfrutar del ambiente de la plaza.

Barrio de Santiago
Este es uno de mis barrios favoritos de Mérida. Tiene un mercado local donde puedes comer la mejor cochinita pibil de la ciudad. Su parque se llena de vida con familias, puestos de marquesitas, y una vibra relajada muy auténtica. El cine centenario y la iglesia del barrio completan la postal. Santiago es el lugar perfecto para experimentar el Mérida más cotidiano y menos turístico.
Barrio de Santa Lucía
Santa Lucía se ha convertido en uno de los puntos más “trendy” del centro. En su parque hay una pequeña tarima donde se presentan bailes tradicionales y conciertos gratuitos. También está rodeado de restaurantes, bares y tiendas de diseño local. Aquí puedes probar desde cocina tradicional hasta fusiones y platillos contemporáneos. Es un gran lugar para cenar al aire libre, escuchar trova y ver la mezcla entre lo tradicional y lo moderno que caracteriza a Mérida.
Parque de Santa Ana y galerías
Santa Ana es otro de esos lugares con mucho encanto. Su iglesia colonial, su pequeño parque y el mercado donde venden antojitos yucatecos lo convierten en una parada deliciosa. Además, muy cerca se encuentran varias galerías de arte como Nahualli y La Eskalera, donde puedes conocer el talento de artistas locales y ver cómo la ciudad vive una especie de renacimiento cultural.
Gran Museo del Mundo Maya
Ubicado en el norte de la ciudad, este museo es una joya para los que quieren entender la historia y el legado de la cultura maya. Tiene exposiciones permanentes e interactivas que combinan piezas arqueológicas con tecnología moderna. Es un museo moderno, amplio y muy bien curado. Ideal para visitar en las horas más calurosas del día.
Mercado Lucas de Gálvez
Si quieres ver el verdadero movimiento de la ciudad, este mercado es el lugar indicado. Bullicioso, lleno de olores, colores y sabores. Aquí puedes encontrar desde frutas y especias hasta ropa, artesanías y recuerdos. También es buen lugar para comer barato y sabroso. Transmite una especie de sensación de caos ordenado, ese pulso de ciudad que solo los mercados tradicionales tienen.
Video Mapping y espectáculos culturales gratuitos
Uno de los puntos fuertes de Mérida es su oferta cultural gratuita. Casi todas las noches hay algo que ver: desde proyecciones de video mapping en la Catedral o en la Casa de Montejo, hasta presentaciones de danza folclórica o conciertos de trova en Santa Lucía. Estas actividades hacen que la ciudad no se apague con el anochecer, sino que cobre una nueva vida. Y lo mejor es que puedes disfrutarlo sin gastar un peso.

La comida en Mérida es otro nivel
Lo digo sin exagerar: Mérida tiene una de las gastronomías más impresionantes que he probado en México. Y eso que me encanta comer y he recorrido varios estados. La cocina yucateca tiene identidad, carácter y sabor. Mi primera parada obligada fue el mercado de Santiago, donde probé la cochinita pibil y fue toda una revelación. La carne se deshacía en la boca, la mezcla de achiote y especias era perfecta, y todo con tortillas recién hechas. Otro platillo que me enamoró fue el poc chuc, un cerdo marinado en naranja agria que probé en La Chaya Maya, uno de los restaurantes más recomendados por locales. También disfruté muchísimo los panuchos y salbutes, y por supuesto, el tradicional relleno negro. Lo interesante es que la comida tradicional la encuentras tanto en restaurantes elegantes como en pequeños puestos callejeros donde te atienden como si fueras parte de la familia.
Mérida como base para explorar Yucatán
Una de las grandes ventajas de visitar Mérida es que puedes usarla como base para explorar muchos sitios increíbles en la región. Desde aquí salen excursiones a ruinas mayas como Uxmal, que es una gran alternativa a Chichen Itzá. Uxmal es majestuosa, rodeada de selva y con una arquitectura que impresiona por sus detalles y formas redondeadas. Además, al estar mucho menos masificada que Chichén Itzá, su visita resulta mucho más tranquila.
Desde Mérida también puedes llegar fácilmente a varios cenotes, como los de Homún y Cuzamá. Algunos son cerrados y misteriosos, otros abiertos y luminosos, pero todos tienen en común ese azul profundo que invita a zambullirse.
Y si quieres playa, Mérida está cerca del Golfo de México. En menos de una hora puedes llegar a Progreso, ideal para un día relajado frente al mar y comer mariscos frescos. También puedes ir a Celestún, un pequeño paraíso natural donde se pueden ver flamencos en su hábitat natural. Ver esas aves en libertad, con el fondo del manglar y el silencio del agua, es una experiencia llena de encanto.
¿Cuál es el mejor momento para visitar Mérida?
Aquí es donde hay que hacer una advertencia: el clima en Mérida no perdona. El calor es húmedo e intenso, especialmente entre mayo y septiembre. Yo fui en temporada cálida y caminar por el centro al mediodía se convierte en un verdadero consejo. Mi consejo es madrugar para las actividades al aire libre, buscar sombra cada vez que puedas, y siempre llevar agua, sombrero y bloqueador solar. También es buena idea planear las visitas a museos o lugares cerrados durante las horas más fuertes del sol. La ventaja es que después de las 5 de la tarde, la ciudad retoma vida con temperaturas más agradables y eventos culturales gratuitos casi todos los días. Si tu hotel tiene piscina, un buen plan es madrugar para hacer actividades al aire libre, volver al hotel en las horas de más calor y salir a recorrer la ciudad estando descansado cuando empieza a caer el sol.
Lo bueno y lo no tan bueno de un destino en crecimiento
Mérida está en auge turístico, y eso tiene sus pros y contras. Lo bueno es que hay cada vez más opciones de alojamiento, tours organizados y oferta gastronómica. Lo no tan bueno es que los precios en ciertas zonas, especialmente en el centro, han subido en los últimos años. Algunos restaurantes y hoteles ya tienen tarifas comparables con destinos más turísticos como Cancún o Tulum. Sin embargo, sigue siendo un lugar muy accesible si se organiza con tiempo y se eligen lugares con buena relación calidad-precio. Puedes encontrar hospedajes muy cómodos y bien ubicados sin gastar demasiado, además de fondas locales donde comer por poco dinero. Si buscas tomar algo por la noche, evita los lugares más turísticos y disfruta de aquellos a donde van los locales, como La Negrita, un local de salsa divertidísimo y muy barato.
En resumen, Mérida es un destino que vale mucho la pena. Desde sus calles coloniales hasta sus sabores tradicionales, desde los cenotes escondidos hasta la amabilidad de su gente, todo en esta ciudad te invita a quedarte un día más. No es perfecta: el calor puede ser agobiante, y algunos visitantes pueden encontrarla más bulliciosa o menos “pintoresca” que otros pueblos coloniales como Valladolid o Campeche. Pero si lo que buscas es una ciudad auténtica, vibrante, con mucho que ofrecer dentro y fuera de sus límites, entonces Mérida es una elección redonda.
La mezcla de cultura maya viva, herencia colonial, naturaleza cercana y comida hacen de este lugar una joya del sureste mexicano. Sin duda, una ciudad para visitar más de una vez.