
México es un país que se vive y se siente a través de sus sabores. Cada región ofrece una experiencia culinaria única que refleja su historia, cultura y tradiciones. En 2010, la gastronomía mexicana fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Este reconocimiento impulsó la creación de 18 rutas gastronómicas que abarcan los 32 estados de la República Mexicana, con una extensión total de 11,443 kilómetros. Estas rutas fueron diseñadas para preservar y promover la riqueza culinaria del país, fomentando el turismo cultural y destacando la diversidad de ingredientes, platillos y tradiciones que conforman la identidad gastronómica de México.
En este viaje de sabores, te llevo por algunas de las más representativas, compartiendo mi experiencia y los platillos que no puedes dejar de probar:
Los fogones entre viñas y aromas del mar (Baja California y Baja California Sur)
Si hay algo que Baja California sabe hacer bien, es combinar el mar con la tierra. Imagínate una tarde en Ensenada, con un taco de pescado crujiente, una copa de vino del Valle de Guadalupe y la brisa del Pacífico de fondo. Aquí, la gastronomía gira en torno a los mariscos frescos, la carne de calidad y los productos de huerta que dan vida a platillos como la famosa langosta de Puerto Nuevo, que se sirve con arroz, frijoles y tortillas de harina.
Además, es imposible hablar de esta ruta sin mencionar su creciente industria de cervezas artesanales, que acompañan a la perfección los sabores intensos del noroeste. Lo que más me gusta de esta región es la frescura de los ingredientes y la influencia internacional que ha dado lugar a una cocina innovadora, sin perder la esencia mexicana.
Dentro de esta zona, también hemos de considerar la ruta del vino del Valle de Guadalupe, una ruta enológica que está muy relacionada con esta ruta gastronómica y de la que ya hemos hablado en este post.
El sabor de hoy (Ciudad de México)
La Ciudad de México es un paraíso gastronómico. Aquí puedes empezar el día con un buen tamal con atole, a la hora de la comida lanzarte por unos tacos al pastor y terminar la noche con una cena en un restaurante de alta cocina. La capital lo tiene todo: desde puestos callejeros con las mejores quesadillas y tlacoyos hasta propuestas gourmet que reinventan los clásicos.
Uno de mis momentos favoritos es pasear por mercados como el de Coyoacán o San Juan, donde puedes probar desde un simple pulque hasta una carne exótica. Lo mejor de esta ruta es la variedad: cada esquina tiene algo delicioso que ofrecer, y cada barrio tiene su propio sabor característico.
Cocina de dos mundos (Chihuahua)
Si algo caracteriza la gastronomía de Chihuahua, es su sabor robusto y su amor por la carne. Aquí, una buena comida comienza con un plato de discada, un guiso de carne mixta con chorizo, tocino y especias que se cocina a fuego lento. Y si hablamos de especialidades, la carne asada es la reina, preparada con esmero y acompañada de tortillas de harina recién hechas.
Además, en esta ruta puedes probar bebidas únicas como el sotol, un destilado similar al mezcal, pero con un carácter más seco y terroso. Comer en Chihuahua es una experiencia rústica, pero llena de autenticidad. Es la cocina del norte en su máxima expresión, sin pretensiones, pero con mucho sabor.
La ruta del cacao (Chiapas y Tabasco)
Si eres amante del chocolate, esta ruta es para ti. En Chiapas y Tabasco, el cacao no es solo un ingrediente, sino parte de la identidad cultural. Aquí puedes visitar haciendas donde se cultiva el cacao y conocer el proceso artesanal para convertirlo en un chocolate espeso y aromático. No hay nada como probar un chorote, una bebida tradicional a base de cacao y maíz, que tiene un sabor intenso y reconfortante.
Uno de los aspectos más interesantes de esta ruta es su historia: el cacao era considerado un alimento sagrado por los mayas y los aztecas, y todavía hoy sigue siendo un pilar de la cocina mexicana. A pesar de que los tours suelen ser cortos, la oportunidad de probar chocolates artesanales de alta calidad hace que valga completamente la pena.
Los mil sabores del mole (Oaxaca, Puebla y Tlaxcala)
El mole no es un solo platillo, sino una familia de salsas complejas y llenas de historia. En esta ruta puedes probar desde el mole negro oaxaqueño, con su profundo sabor a chiles y chocolate, hasta el mole poblano, más especiado y ligeramente dulce. Cada estado tiene su propia versión, y todas son una delicia.
Si hay algo que me fascina de esta ruta, es la dedicación con la que se prepara el mole. Algunas recetas requieren más de 30 ingredientes y horas de preparación. Es un platillo que simboliza la paciencia y el amor por la cocina tradicional. No hay nada como acompañarlo con tortillas hechas a mano y un buen mezcal oaxaqueño para redondear la experiencia.
La mesa de la huerta y el mar (Sinaloa)
Cuando pienso en Sinaloa, lo primero que me viene a la mente es el aguachile. Esta mezcla de camarones crudos marinados en limón, chile y cilantro es una explosión de frescura y sabor. La cocina sinaloense es una de las más equilibradas del país, combinando productos del mar con ingredientes de la huerta para crear platillos llenos de color y textura.
Otro clásico es el pescado zarandeado, cocinado a las brasas con una mezcla de chiles y especias que realza su sabor. Lo que más disfruto de esta ruta es la combinación de tradición y frescura. Comer mariscos en Sinaloa es una experiencia que simplemente no tiene comparación.
El altar del Día de Muertos (Michoacán)
En Michoacán, la gastronomía es parte fundamental de las celebraciones del Día de Muertos. Durante esta festividad, las familias preparan ofrendas con platillos como las corundas, unos tamales triangulares envueltos en hojas de milpa, y el atole de grano, una bebida espesa y reconfortante.
Visitar esta ruta en noviembre es algo especial. Las calles se llenan de colores, olores y sabores que evocan la memoria de los seres queridos. Lo más impactante es ver la devoción con la que la gente prepara sus altares y comparte su comida. Es un recordatorio de que en México, la gastronomía es mucho más que alimento: es un lazo con nuestra historia y tradiciones.
Ruta del mezcal (Oaxaca)
En México no podrían dejar fuera una Ruta del Mezcal, porque si hay una bebida que define la identidad mexicana, es esta. En Oaxaca, el mezcal no solo se bebe, se vive. Recorrer los palenques donde se produce, ver el proceso artesanal y probar diferentes tipos de mezcal es toda una experiencia.
Acompañado de una tlayuda bien crujiente o de unos chapulines con sal de gusano, el mezcal sabe aún mejor. Lo que más me gusta de esta ruta es que cada mezcal tiene su propia personalidad, dependiendo del tipo de agave y del proceso de destilación. Y si lo tomas con respeto y en buena compañía, la experiencia es aún más especial.
¡Entendido! Voy a continuar con las rutas restantes manteniendo el estilo natural y coloquial que tenía al inicio, integrando tu opinión personal de forma fluida y sin que parezca un apartado separado.
Cocina de Yucatán (Yucatán)
Si hay algo que define a Yucatán es su cocina llena de colores, aromas intensos y sabores únicos. Aquí, la cochinita pibil es la estrella, cocinada lentamente bajo tierra y envuelta en hojas de plátano para que la carne absorba todo el sabor del achiote y los cítricos. Probarla con tortillas recién hechas y una buena salsa de habanero es obligatorio.
Otro plato que me encanta de esta región son los panuchos y salbutes, tortillas de maíz rellenas de frijol o servidas con guisos tradicionales, acompañadas con cebolla morada encurtida. Y si hablamos de bebidas, no hay nada más refrescante que un agua de chaya o un licor de xtabentún, que tiene un sabor dulce con un toque anisado.
Lo mejor de la cocina yucateca es que combina ingredientes prehispánicos con técnicas traídas por los españoles, creando una fusión que se siente en cada bocado. Comer en un mercado de Mérida o en una hacienda antigua te transporta a otra época, donde la gastronomía sigue siendo el corazón de la cultura maya.

Ruta de los vinos (Coahuila)
Mucha gente piensa que el vino en México solo se produce en Baja California, pero Coahuila tiene una tradición vitivinícola que data del siglo XVI. En el Valle de Parras, hogar de Casa Madero, se producen vinos de gran calidad que han ganado reconocimiento internacional.
Aquí no solo se trata de tomar vino, sino de vivir la experiencia completa: recorrer los viñedos, ver el proceso de producción y después sentarte a degustar una copa con un buen cabrito al pastor o unas enchiladas potosinas.
Para mí, lo mejor de esta ruta es la combinación de paisajes áridos con la frescura de los viñedos. Tomarte una copa de vino mientras ves el atardecer en el desierto es un lujo que pocos conocen y que recomiendo totalmente.
Cocina de Veracruz (Veracruz)
Veracruz es una explosión de sabores gracias a la mezcla de influencias indígenas, africanas y españolas. Aquí, la comida es intensa, especiada y llena de mariscos frescos. Uno de mis platillos favoritos es el huachinango a la veracruzana, que se cocina con jitomate, aceitunas y alcaparras, dándole un toque mediterráneo increíble.
Otra delicia es el arroz a la tumbada, que es como una paella mexicana, pero con un sabor más casero y reconfortante. Y si hablamos de bebidas, el famoso torito, hecho con licor de caña y frutas, es el acompañante perfecto para cualquier comida.
Lo que más disfruto de la comida veracruzana es su frescura. Nada se compara con comer un buen pescado a la orilla del mar mientras escuchas el oleaje de fondo.
Ruta de la vainilla (Veracruz)
No mucha gente lo sabe, pero México es la cuna de la vainilla y en Papantla, Veracruz, se cultiva una de las mejores del mundo. Esta ruta es perfecta para quienes disfrutan de los sabores dulces y quieren conocer el proceso de producción de esta orquídea aromática.
Aquí puedes probar bebidas como el atole de vainilla y postres increíbles donde este ingrediente es el protagonista. Uno de los más ricos es el flan de vainilla natural, que tiene un sabor profundo y auténtico, nada que ver con la vainilla artificial que encontramos en muchos productos comerciales.
Visitar Papantla y percibir el aroma de la vainilla en el aire es una experiencia sensorial única. Es impresionante ver el cuidado con el que los productores locales trabajan para obtener un producto de calidad excepcional.
Cocina de Jalisco (Jalisco)
Jalisco es sinónimo de tequila, mariachi y comida llena de sabor. Aquí, la estrella es la birria, un guiso de carne cocida en adobo que se sirve con tortillas y consomé caliente. Comerla en un mercado de Guadalajara es toda una experiencia.
Otro imperdible es la torta ahogada, que no es apta para quienes no toleran el picante. Se trata de un birote relleno de carnitas y sumergido en salsa de chile, ideal para curar cualquier desvelo. Y para acompañar, nada como un buen tejuino o una cazuela voladora, una bebida a base de tequila y cítricos.
Lo que más me gusta de esta ruta es que la comida se disfruta con música de mariachi de fondo, creando una atmósfera festiva en cada comida.

Ruta del aguacate (Michoacán)
Si hay algo que Michoacán sabe hacer bien es producir aguacates, y esta ruta es perfecta para conocer todo sobre este fruto verde y cremoso que ha conquistado el mundo. Aquí puedes visitar huertas, aprender sobre el cultivo y, lo mejor, probar aguacates frescos en diferentes preparaciones.
Desde un simple pero delicioso guacamole, hasta platillos más elaborados como enchiladas placeras o sopes con aguacate, esta ruta es un festín para los amantes de este ingrediente.
Lo mejor de esta ruta es que combina comida con paisajes naturales impresionantes. No hay nada como comer un buen plato con aguacate en medio de los campos michoacanos.
Cocina de Nayarit (Nayarit)
La costa nayarita es famosa por sus mariscos frescos. Aquí, el pescado zarandeado es el rey, marinado con especias y asado lentamente sobre brasas, lo que le da un sabor ahumado delicioso. También está el aguachile, que es como un ceviche, pero con un toque más picante y fresco.
Lo que más me gusta de esta ruta es la sencillez de la comida. Todo se basa en ingredientes frescos y en resaltar sus sabores naturales. Comer mariscos en la playa con una cerveza bien fría es una de esas experiencias que quedan en la memoria.
Ruta del café (Chiapas)
El café de Chiapas es uno de los mejores del mundo, y esta ruta permite conocer su proceso de producción desde la planta hasta la taza. Visitar las fincas cafetaleras en medio de las montañas es una experiencia única, sobre todo cuando pruebas una taza recién preparada con granos recién tostados.
Además del café, aquí puedes disfrutar de delicias locales como el tamale de chipilín o el tascalate, una bebida prehispánica a base de maíz y cacao.
Lo que más disfruto de esta ruta es la conexión con la naturaleza. Nada se compara con despertar en una finca cafetalera y disfrutar del aroma del café en el aire.
Cocina de Durango (Durango)
Durango es tierra de sabores fuertes y recetas con historia. Aquí el caldillo durangueño, un guiso de carne seca con chile y especias, es un plato que refleja la identidad del estado. También están las enchiladas de cacahuate, que tienen una salsa cremosa y diferente a lo habitual.
Lo que más me gusta de la comida duranguense es su autenticidad. Son sabores intensos, bien definidos y con mucho carácter.
Ruta del maíz (Puebla)
El maíz es el corazón de la gastronomía mexicana, y en Puebla se le rinde homenaje con platillos como las chalupas, los tlacoyos y, por supuesto, el mole poblano.
Lo mejor de esta ruta es que te hace valorar el papel del maíz en nuestra cultura. Comer en un mercado poblano es toda una experiencia que recomiendo a cualquiera que ame la comida mexicana.
Las rutas gastronómicas de México son un reflejo de su diversidad cultural y natural. Cada región tiene su propia identidad, su manera particular de preparar los alimentos y una historia que contar a través de sus platillos.
Viajar por México a través de su gastronomía es la mejor forma de conocer el país. No importa si es un mole preparado con esmero en Oaxaca, un taco callejero en la Ciudad de México o un sorbo de mezcal en un palenque de la sierra: cada bocado es una historia, cada platillo es una tradición viva.
¿Te animas a recorrer estas rutas y descubrir el México más auténtico?